Kuros es un juego que, oficialmente, se clasifica como de aventura y objetos ocultos. Te relata la historia de una aprendiz de maga, Katya, que está buscando poner los elementos de su mundo, madera, fuego, aire, y demás, en equilibrio. Kuros te ofrecerá una amplia gama de acertijos que resolver. En veinte minutos de juego me enfrenté a mosaicos, rompecabezas, escenas con objetos ocultos, un acertijo musical y un desafio donde debía hacer gestos con el ratón del computador para seguir adelante. En fin, gran cantidad de actividades para el jugador. Con semejante variedad, deberá haber algo que agrade a cualquiera.
Kuros, de cierta manera, me hace pensar de los juegos a comienzos de los noventa que pretendían ser películas en multimedia, lo cual no es una buena señal. Tiene un estilo artístico agradable, pero la calidad de sus elementos visuales son algo pobres, anticuados. Hay otros juegos que logran más con los mismos recursos, e incluso con menos. La historia es pasable, nada del otro mundo, pero han habido peores. Lo que realmente molesta es el sonido. Las voces que recitan el dialogo no logran expresar más que el esfuerzo más básico por leer el libreto para salir de la tarea. Al menos las voces se pueden apagar con el sonido.
La variedad de sus acertijos realmente es lo atractivo de Kuros, y están lo suficientemente bien diseñados para entretener, si puedes dejar a un lado las otras arrugas del juego. Kuros promete ser un juego bastante largo, juzgando por el tiempo que me tomó terminar el primer nivel, lo cual promete una gran cantidad de desafíos para una mente curiosa. Si decides aventurarte dentro del mundo de Kuros, ¡buena suerte! Seguramente encontrarás algo que te guste, pero no le pongas mucho cuidado al paisaje entre un acertijo y el otro.
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